El pobre animal pudo haber sido tratado hace mucho tiempo, incluso tiene heridas en varias partes de su cuerpo, producto de su debilitamiento e infecciones.
Otra persona de la casa, nos alertó y ahí llegamos. Hoy hemos iniciado un duro y prolongado tratamiento, financiado por APRA, para recuperar a este animal. Pretendemos dejarlo como su propio hermano (ver fotografía y comparar) que está en perfectas condiciones.
La dueña se manifiesta arrepentida, señala que se “descuidó”, que… etc. etc. etc. Pese a nuestra indignación, al menos nosotros no somos nadie para no creerle, ni disculpar. Quizás quien debe perdonar es el propio perrito y no nos cabe duda que estos leales y nobles animales, si saben hacerlo, solo saben dar amor desinteresado.
El caso lo hemos tomado y vamos a luchar por su recuperación, pero las cosas están claras (la vida está llena de segundas oportunidades, no para terceras ni cuartas).
Cualquier retroceso en el tratamiento, no cumplimiento de los compromisos hechos por esta familia hacia su mascota y hacia APRA, cualquier factor negativo para este animal, desde ahora es motivo suficiente para una Denuncia por Maltrato y llegar hasta las últimas consecuencias en un Tribunal.
Por ahora, él está primero y lo vamos a salvar.
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